Todos sabemos lo importante que es hacer un buen trabajo, pero también darlo a conocer. Como decía un antiguo jefe mío, "La mujer del César no solo ha de ser honrada, sino que también debe aparentarlo". Fuera de contexto esta frase se puede malinterpretar, pero él la aplicaba para indicarnos que por mucho que trabajásemos (y trabajábamos mucho, os lo aseguro) era también muy importante ofrecer a otros esa imagen del mucho (y buen) trabajo que se hacía.
Si llevamos esto a otro contexto también es de gran aplicación.
Esta mañana he estado en el colegio de las sobrinas de mi marido. Hoy era la "jornada de puertas abiertas" en la que los papás y otros familiares podían hacer un recorrido por los pasillos del colegio para observar y disfrutar de los trabajos que los niños y niñas del colegio (por lo menos de los de infantil y primaria) habían llevado a cabo a lo largo del curso.
Ha quedado bastante obvio que algunos de los trabajos no los han realizado los niños, sino sus papás y mamás, pero eso es lo que menos importa.
He asistido a un impresionante despliegue de resultados, trabajos, dibujos, maquetas, fotos de las excursiones, aprendizajes, primeras letras, etc. Y es impresionante el trabajo que han tenido que hacer los docentes para recopilarlo todo y ponerlo de una forma tan atractiva.
No importa si lo que están "vendiendo" es el trabajo de esos niños (y padres), o si lo que están vendiendo es el "prestigio" del colegio (solo había que ver a los directores de los ciclos con traje y corbata con el calorazo que hacía, y teniendo en cuenta que probablemente se ponen traje y corbata un par de días al año), lo que hay que reconocer es el gran trabajo de esos niños y de esos docentes y gestores a la hora de presentar esos resultados.
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