Ya queda poco para que finalice el fin de semana, y antes de que suceda quiero compartir una nueva sensación.
Llevo algún tiempo haciendo coaching con amigos y personas cercanas (en contra de lo que dicen las reglas del coach que indican que no se debe hacer coaching a personas demasiado cernacas). Soy una principiante, tengo mucho que aprender y mucho recorrido por delante, pero el camino se hace andando y si compartimos los riesgos de ser una principiante y mis "clientes" son conscientes de ello vale la pena intentarlo. Por ellos y por mi misma.
Esta noche he llevado a cabo una sesión con un "conejillo". Hemos tenido muchas conversaciones previas sobre el tema que queríamos abordar, pero nunca habíamos tenido una sesión "formal", y hoy, a modo de ejercicio hemos tenido una conversación "profesional".
La sensación con la que he acabado yo era de satisfacción plena. Agotada, eso sí, pero satisfecha. Por haber ayudado a esta persona (o por lo menos haber contribuido a que él se ayudase), por haber llevado a cabo ese "ejercicio" y al final comprobar que había salido bien y por descubrir que aun siendo una principiante, puedo contribuir a la satifacción y la felicidad de las personas que confían en mi y se arriesgan a "sufrir" una de mis sesiones.
Bonita forma de acabar un domingo, con es sensación de felicidad compartida.
Y ¡gracias a los que os estáis exponiendo como "cobayas"!
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